Disciplina positiva: cómo educar sin gritos o por lo menos intentarlo

educación, respeto, la resaca del bebe

Disciplina positiva; cómo educar sin gritos o por lo menos intentarlo

¡Aitana, que vengas aquí ahora mismo! ¡Que te he dicho que te laves los dientes de una puñetera vez! ¡O comes o te vas castigada a la cama! ¡Si esta tarde te portas bien, luego a la noche te dejo la tablet para ver Frozen!

Hasta hace no mucho estos eran los recursos que yo utilizaba en casa para intentar que mi hija me hiciera un poco de caso.  Los gritos, las amenazas y los chantajes eran algunas de mis armas cuando la situación se ponía tensa y aunque muchas veces conseguía que mi hija hiciera lo que YO quería, lo cierto es que después me quedaba mal cuerpo porque sabía que no lo estaba haciendo bien del todo. Después de cuatro años de maternidad y dos hijos a mis espaldas, puedo decir que la paciencia ha aumentado un 2000% en mí, pero muchas veces me iba a la cama con la sensación de que seguía siendo una @malamadre por como gestionaba los berrinches de mi hija.

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Mudanza con niñ@s

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Como ya os contaba al comenzar el 2018, este va a ser el año de los cambios, no solo porque vamos a ser uno más en la familia, sino también porque hemos tenido que cambiar de hogar con todo lo que ello conlleva. Al trasladarnos a Navarra nos hemos llevado con nosotros nuestras pertenencias y para mi sorpresa han entrado todas en unas 70 cajas (cuando empecé a guardar cosas pensé que mínimo saldrían unas 100). Pero lo más complicado de la mudanza no ha sido ni empaquetar, ni desempaquetar las cosas, sino hacerlo con un pequeño diablillo cotilla pululando a nuestro alrededor, que quería saber en todo momento lo que estábamos haciendo y por supuesto también quería ayudarnos (jugar) a su manera. Por eso, ya en nuestro nuevo hogar y con todo fuera de las cajas, quiero contaros como ha sido mi experiencia con la mudanza y daros algún consejillo si como yo, también tenéis niñ@s cerca y alguna vez os toca hacer alguna.

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Las temidas rabietas de los dos años

Rabietas.jpgIlusa de mi, pensaba que esto era una leyenda urbana, que mi hija ya había pasado la barrera de los dos años y que seguiría comportándose siempre como una niña modelo que hace casi siempre caso a sus padres. Pues no señores y señoras, resulta que poco a poco la nena tímida y buena que teníamos en casa ha ido sacando su carácter y las rabietas y el NOOOO QUIEROOOO nos acompañan ahora un día si y otro también. Si a vosotr@s también os parece que vuestr@s diablill@s os están desafiando constantemente, que os llevan al límite todos los días y que vuestra paciencia se está acabando por momentos, no os preocupéis. Coged aire y respirad profundo antes de poneros a chillar como loc@s. No estáis sol@s, no sois l@s únic@s y bienvenidos a las temidas rabietas de los dos años. Aquí un post enterito para vosotr@s en el que intentaré daros algunos consejos para afrontar esta etapa de la mejor manera posible

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Los libros, nuestros compañeros de juego

 

IMG_20171123_110527.jpgSi hace algunas semanas os hablaba de las rutinas de higiene bucal que tenemos en casa, hoy os quiero hablar de otra rutina diaria; la lectura. Desde siempre he adorado los libros y por eso, cuando supimos que seríamos uno más en la familia, las estanterías de nuestro hogar no tardaron mucho en llenarse de libros infantiles. Hay niñ@s que se sienten más atraíd@s por la lectura que otros, pero lo importante es facilitarles el acceso a ese mundo. Hacer que leer un libro sea algo divertido, o utilizar una revista como un elemento más de juego pueden ser las claves para que l@s más peques de la casa aprendan a que entre sus páginas pueden descubrir historias maravillosas. Por eso hoy quiero contaros cómo utilizamos nosotros en casa los libros para que sean tan importantes para nuestra pequeña como lo son las muñecas y sus otros juguetes.

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Consejos para el cuidado de los dientes de nuestr@s hij@s

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¿Queréis que os confiese un pequeño defectillo que tengo?… Bueno, depende de por el lado que se mire también puede ser una virtud, pero la menda que escribe semanalmente en este blog se confiesa como una obsesiva de la limpieza. Siiiii, me ponen nerviosa las marcas de manos en las puertas de mi maravillosa cocina brillante, también las gotas de agua que se quedan en el espejo del baño y ya no os digo nada las del lavabo. Diariamente tengo que pasar la escoba en casa y llamarme loca pero siempre sale un montón de mierda (con las matas de pelo que quito todos los días podría hacer una peluca al mes). Pero sobre todo tengo obsesión con mis dientes; cada vez que como tengo que lavármelos y por supuesto que desde bien pequeña mi hija también ha adquirido esa costumbre (bueno vale, se la he implantado yo casi a la fuerza).

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