
Este año el verano ha sido diferente porque, entre otras cosas, no he tenido vacaciones ni en julio ni en agosto y no he podido pisar el pueblo ni un solo día. Pero ahora, cuando la mayoría de la clase trabajadora ya tiene más que superada la depresión post-vacacional, algunos privilegiados podemos disfrutar de las merecidas vacaciones y empezar a dar envidia a todos aquellos que durante el verano nos martirizaron con fotografías de playas, chiringuitos y fiestas populares. Ahora ya puedo decir que yo también estoy oficialmente de VACACIONES y aunque todavía no tengo muy claro que voy a hacer las próximas tres semanas, si que sé que me voy a ir unos días a mi tierra a cargar pilas que ya necesito un chute de aires charros y el resto os lo contaré a la vuelta.
¡¡¡Hasta la vuelta resacos@s!!!