Cuando hace un mes os hablaba de mi experiencia en el segundo parto, justo acababa de terminar la cuarentena pero he querido esperar un poco más para hablaros también de mi segundo post-parto, porque en ese momento aún no había tenido la sensación de que me estaba recuperando de algo, como me pasó la primera vez, en la que esos 40 días se me hicieron eternos. Ya han pasado más de dos meses desde que di a luz y para seros sincera no he tenido ni rastro de cansancio extremo, ni sensación de frustración, ni síntomas de depresión como tuve en mi primer post- parto. Ahora me siento identificada con esas madres que salían del hospital y empezaban a disfrutar de su maternidad, pero sin olvidarme de aquellas que lo pasan muy mal nada más cruzar la puerta de sus casas con sus hij@s en brazos. Sobre todo porque yo he vivido en mis carnes las dos caras de la moneda y como en su día ya os conté cómo era la cara más oscura de un post-parto y porqué decidí llamar a mi blog «la resaca del bebé», ahora vengo a hablaros de la otra cara; la bonita, la que te hace disfrutar a tope de la maternidad sin remordimientos y casi sin preocupaciones y sobre todo la que te permite levantarte todas las mañanas sin resaca. Además he querido unirme a la iniciativa del club de las malasmadres #BellezaSinFiltro y mostraros como estába mi cuerpo post-parto hace 15 días, cuando justo habían pasado dos meses desde que di a luz. Allá va mi experiencia.