Como os contaba la semana pasada, en los últimos meses nuestra pequeña ha sufrido pequeños cambios que nos han hecho ver, que ese bebé que teníamos en casa ya no lo es tanto y que ahora tenemos una pequeña mujercita con nosotros. El primero de los cambios lo hicimos más bien porque nosotros queríamos, no porque ella nos lo pidiera, pero lo cierto es que no sabemos muy bien porqué decidimos que había llegado el momento de pasarle de la cuna a la cama.
Porqué llegó el momento del cambio
No sabíamos si era el mejor momento o no, pero en esta aventura de la maternidad he aprendido que lo que vale es la improvisación. Lo que algunas veces sirve, otras no y lo que con un@s niñ@s funciona con otr@s no y por eso en casa vamos sobre la marcha. Después de que nuestra paciencia empezara a agotarse por momentos y después de pasar varias semanas intentando que nuestra hija no tardara más de dos horas en quedarse dormida, creímos que había llegado el momento del cambio.
¿Cómo preparamos el cambio?
En la habitación de Aitana solo teníamos un armario, la cuna y el cambiador, por lo que cuando decidimos cambiarla a una cama teníamos fácil elegir cual sería el tamaño y dónde la pondríamos. La cama es de 90cm y como tenemos un somier que se puede plegar decidimos que lo mejor era poner las dos cosas a ras de suelo para evitar caídas. Con esta idea también le pusimos una barrera protectora que nos dejaron prestada y así hemos conseguido que más que una cama parezca una gran cuna.
¿Qué hemos notado?
Partiendo de que nuestra pequeña nunca ha sido de buen dormir, lo que más hemos notado es que en su cama tarda menos en quedarse dormida. Antes del cambio ya nos dimos cuenta de que lo que ella necesitaba para dormirse es que nosotros estuviéramos cerca y cuanto más cerca mejor, así que el primer día que la echamos en su cama me metí yo con ella y desde el primer momento noté que la inseguridad que tenía cuando la dejaba en la cuna había desaparecido. Que nos metamos con ella en la cama para leerle un cuento antes de dormir hace que se tranquilice más rápido y se sienta más segura y aunque todavía le sigue costando mucho coger el sueño, la verdad es que se queda dormida antes.
Nuestro truco
Llenarle la cama de cojines y almohadas nos ha servido para que poco a poco vaya durmiendo toda la noche del tirón, si si, habéis oído bien. Algo que no me imaginaba que podría hacer hace año y medio ha ocurrido con el paso de la cuna a la cama. Al principio se despertaba varias veces (yo creo que porque se sentía un poco perdida en la cama tan grande), pero desde que decidimos rodearla con cojines y almohadas duerme mucho mejor. Confieso que no es siempre igual y que de vez en cuando tenemos que levantarnos a tranquilizarla por algún despertar nocturno, pero creo que le ha empezado a coger el gustillo a eso de dormir de 10 de la noche a 8 de la mañana del tirón y nosotros también , jajaja.
En definitiva, yo creo que no hay un momento específico para decidir cuando pasar a nuestr@s hij@s de la cuna a la cama, incluso conozco familias que directamente les pasan del moises a su cama de 90. Ya sabéis que lo importante en esto de la maternidad es sobrevivir y si creéis que con el cambio vuestr@s peques van a dormir mejor, pues adelante. Nosotros hicimos caso a un conocido que nos dijo que desde que habían pasado a la cama a su hijo y se metían con el para dormirlo le costaba mucho menos coger el sueño. Como nuestra ratilla nos tenía ya un poco desesperados después de que todas las noches tuviéramos que estar sentados al lado de su cuna una media de dos horas para conseguirlo, decidimos probar el cambio y aunque no hemos logrado que se meta ella sola y se quede dormida mirando al techo como l@s niñ@s de revista, por lo menos hemos conseguido que si nos tumbamos con ella, las dos horas se reduzcan a una, incluso algún día hemos batido el récord de dormirla en media hora. Yo os prometo que seguiré intentando que poco a poco consiga estar despierta y sola en su cama hasta quedarse dormida, pero hasta entonces mi consejo es: ¡A sobrevivir como se pueda resacos@s!
A nosotors el cambio no nos costó nada la verdad. Lo que es terrible es que para dormirle tenemos que estar uno de los dos tumbados con él hasta que cae rendido, si no, se escapa jeje
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Si con eso conseguís que se duerma pues genial!!
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Para que este cambio se produzca sin problemas, es importante hacer sentir a tu pequeño en la cama como si fuera suya. Utilizar los mismos materiales de sus sábanas y mantas para vestir su cama es un paso, y jugar en ella tal y como lo hacías en la cuna es otro.
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Portear a tu bebé es una excelente opción para mantenerlo cerca de ti mientras realizas tus actividades diarias. Además, ayuda a fortalecer el vínculo entre madre e hijo y favorece el desarrollo emocional y físico del pequeño.
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