Ir de camping en temporada baja. El camping El Molino (Mendigorria, Navarra)

Antes de nada quiero deciros que no soy yo muy de cámpings. A mi que me den un hotel con una buena cama y si es con un todo incluido mucho mejor, peeeeroooooo… durante el año pasado, cuando las fronteras de las comunidades estaban cerradas, decidimos probar el mundo camping (en bungalow, que tampoco íbamos a venirnos tan arriba desde el principio) y la verdad que fue una experiencia tan bonita que decidimos repetir.

Ahora que las mascarillas han dejado de ser obligatorias podemos echar la vista atrás para pensar por todo por lo que hemos pasado desde 2020. Parece que fue hace mucho tiempo, pero hace a penas un año que aún no se nos permitía circular libremente entre comunidades, y nosotros, acostumbrados a viajar mucho y con toda la familia viviendo lejos, empezamos a notar el agotamiento pandémico sobre el mes de marzo de 2021. Sabíamos que necesitábamos salir de la rutina casa, curro, cole, parque y por eso empezamos a buscar un alojamiento en Navarra, cerca de la zona en la que vivimos y que tuviera piscina climatizada. Nos guiamos por la recomendación de unos amigos y el lugar que elegimos fue el Camping el molino. Aunque la fecha en la que fuimos todavía hacía algo de frío (mediados de marzo), la verdad es que tuvimos la suerte de disfrutar de un fin de semana con sol y buen tiempo, y eso también hizo que la experiencia de ir de camping en invierno fuera fantástica.

La zona

El Camping de El Molino se encuentra a las afueras del pueblo navarro de Mendigorria, a unos 28 kilómetros de Pamplona. Esta villa, situada en la merindad de Olite, es conocida por su Ruta del Carlismo. A las afueras del pueblo, justo al lado del polideportivo, empieza un camino que nos lleva a diferentes lugares claves en los que se llevó a cabo la batalla de Mendigorria, el 16 de julio de 1835. La ruta es muy sencilla para realizar con niños, nosotros la hicimos cuando el resacoso tenía dos añitos y fue caminando casi todo el rato. En total son unos 9 kilómetros en los que hay 5 puntos clave, señalizados con paneles informativos con códigos QR que nos dan varias explicaciones sobre la batalla. Cuando llegas a la mitad del trayecto se puede ver el poblado y los alrededores desde un alto y aunque no son unas vistas espectacular si que es un buen momento para descansar y disfrutar del paisaje.

En cuanto al pueblo, merece la pena pasear por su casco antiguo y ver algunos monumentos como las iglesias, el ayuntamiento o la Plaza de los fueros.

Cerca de Mendigorria también hay algunos pueblos y zonas que son de visita obligada, como por ejemplo el merendero situado en la salida hacia Puente la Reina donde hay varias mesas, fogones y un mirador, por si os apetece pasar una jornada al aire libre. Si continuáis por esa carretera unos 7 kilómetros llegaréis al pueblo de Puente la Reina, por donde pasa el Camino de Santiago y cuyas calles y monumentos nos transportan a muchos años atrás. Pero en esa zona, a unos 8 kilómetros de Mendigorria, también está la villa de Artajona, a donde tenéis que ir para visitar el cerco medieval que está en muy buen estado de conservación y los dólmenes que se encuentran a unos 4 kilómetros del pueblo. Al cerco se llega directamente en coche y es un lugar muy bonito para visitar con niños. Nosotros entramos dentro con los resacosos y disfrutaron mucho inventándose sus historias de castillos, dragones y princesas luchadoras.

Cerco de Artajona. Foto: Ayuntamiento de Artajona

El cámping

Pero ahora que ya os he hablado un poco de la zona en la que está el Camping El Molino, quiero contaros nuestra experiencia en él. Como os he dicho antes, pocas veces hemos ido de camping, quitando alguno en Las landas y mucho menos en invierno, pero la verdad que salimos muy contentos, tanto que volvimos a repetir en primavera. Una de las ventajas de ir a un camping en temporada baja es que puedes disfrutar mucho mejor de las instalaciones y si ya te hace buen tiempo como a nosotros mucho mejor (la foto principal de la resacosa en bañador es de la primera visita en pleno mes de marzo).

Para mí el punto fuerte de las instalaciones de El Molino es su piscina climatizada, pero de ella ya os hablaré luego, porque una de las cosas que más nos gustó fue que es un lugar muy espacioso y con muchas zonas verdes. El camping está a las afueras del pueblo, al lado del río Arga y tienen varias partes diferenciadas; una destinada a las caravanas, otra zona en la que se encuentran los bungalows, varios espacios amplios con barbacoas y mesas de madera donde poder comer al aire libre, una cancha de futbol y baloncesto y otra de tenis, un embarcadero y el lugar en el más tiempo estuvimos nosotros; un fantástico parque para los más peques. A parte de tener los típicos columpios y «cosas de parque», tiene un minigolf y una tirolina que les chifló a nuestros resacosos. Allí también hay un pequeño rocódromo, pero cuando fuimos nosotros solo se podía utilizar bajo demanda.

Otro de los lugares en el que los resacosos disfrutaron un montón fueron los baños públicos, si si, lo baños públicos. Cuando la resacosa vino el primer día toda emocionada a decirme «mamaaaaaaa mira, ven, ya veras que sitio más chuli he encontrado» no le faltaba nada de razón. Monos de espejos, duchas de elefantes y tronos reales para hacer pis, vamos la excusa perfecta para irse a lavar las manos continuamente.

Los baños infantiles del camping de Mendigorria son un pequeño parque de atracciones

A la entrada del camping, al lado de la recepción, hay un bar y un restaurante en el que se come genial. El bar tiene una zona de juegos con billar y una diana para jugar a los dardos, a demás de un espacio can sofás y una chimenea, por si hace muy mal tiempo y os apetece entreteneros de una manera diferente. Además, al lado del bar hay una pequeña tienda por si se os olvida comprar algo, que no tengáis que ir hasta el pueblo.

La piscina climatizada

Pero como ya os he dicho antes, lo que nos hizo decidirnos por ese camping en concreto, fue la piscina climatizada. Sabíamos que queríamos ir a un sitio con piscina cubierta, porque en marzo te puede hacer un tiempo estupendo o caerte la gran nevada, por eso lo elegimos. Cuando nosotros fuimos (marzo de 2021) todavía había muchas restricciones y controles de aforo, por lo que los turnos de la piscina se dividían por tramos. Nosotros llegamos un viernes y lo primero que hicimos fue ponernos el bañador e irnos allí y menudo acierto. Era el turno de las cinco de la tarde y no había NADIE. Los resacosos disfrutaron de lo lindo en la piscina infantil y nosotros nos fuimos turnando para hacer unos largos en la piscina olímpica y aprovechar el jacuzzi.

Peeerrroooo si que es verdad que al día siguiente fuimos a la misma hora y nos tocó esperar. El aforo se había llenado y tuvimos que hacer cola hasta el siguiente turno que era una hora más tarde, aunque la verdad es que se agradecía que no hubiera tanta gente dentro de la pisci, porque así pudimos disfrutarlo mucho más.

Ir de camping en temporada baja
Los resacosos disfrutaron mucho de la piscina cubierta. La resaca del bebe

Aparte de la piscina climatizada, en el camping también hay una al aire libre para la temporada de verano. De ella no os puedo hablar porque no se si estará bien, pero cuando fuimos (aunque estaba descuidada porque era invierno), no tenía mala pinta. Es grande y tiene un tobogán bastante alto, la única pega que me pareció que tenía a simple vista es que no había mucho espacio verde para dejar las toallas, pero ya os digo que no puedo opinar de la piscina abierta porque no se como es realmente. La que si que os recomiendo es la cubierta, de la que no solo disfrutaran los peques sino también los mayores.

En resumen, que si sois como yo y no sois mucho de ir de camping en temporada baja, os animo a que busquéis las opciones que tenéis cerca de vuestro pueblo o ciudad y que probéis porque seguro que volvéis a repetir. Nosotros salimos tan contentos que volvimos a repetir en primavera y aunque en esa ocasión el tiempo no nos acompañó tanto, si que disfrutamos de lo lindo.

Al final lo importante es salir de nuestra rutina diaria, aunque sea cerca de casa y con nuestra familia, pero pasar un fin de semana en un entorno diferente y en la naturaleza te hace cargar las pilas. Nosotros, a parte de hacer la Ruta del Carlismo a pie, visitar Mendigorria, estar horas y horas en el parque y de darnos algún que otro baño en la piscina climatizada, no hicimos mucho más. Algún paseo por las instalaciones, una visita a las pistas de futbol para jugar con el balón y acercarnos al bar a tomar algo, pero ese fin de semana nos sirvió para pasar tiempo de calidad en familia y ahora mismo eso es lo que yo más valoro.

Y vosotros resacos@s, ¿a dónde os apetecería ir a pasar un fin de semana de desconexión?

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