Habalmos de CONCILIACIÓN

 

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La palabra tabú cuando eres madre y tienes que trabajar. Hasta ahora no había querido tratar este tema en profundidad porque yo había tenido la suerte de poder quedarme en casa a cuidar de mi hija durante sus primeros meses de vida, pero ahora que ya he vuelto al mundo laboral creo que es el momento oportuno para hablar sobre CONCILICIÓN.

Hace algún tiempo tuve la suerte de colaborar con las mamis de Living la Vida Madre, creando el concurso Y tú ¿cómo concilias? donde nos contasteis vuestras historias de conciliación. En esa ocasión yo no pude participar porque había decidido renunciar a mi trabajo para poder ocuparme de mi hija, pero ahora, después de tres meses en el mundo laboral si que puedo hablar de ello, aunque os tengo que confesar que este tema todavía me genera muchas dudas.

Pero por suerte, esta semana el club de las #malasmadres nos daba la buena noticia de que han creado la Asociación Yo No Renuncio, para, entre otras cosas, dar visibilidad a este problema e intentar resolver todas esas dudas que se generan en torno a el tema de la conciliación. Y precisamente eso es de lo que voy a hablar yo en el post de hoy, de todas esas dudas que se me plantean (y seguro que a much@s de vosotr@s también) cuando tengo que unir las palabras trabajo, familia y vida social.

¿Quién renuncia?

Esta fue la primera duda que se me planteó cuando se terminó mi baja de maternidad, aunque en mi caso lo tuve bastante claro, trabajando en hostelería (noches y fines de semana), me parecía casi imposible, con una niña pequeña en casa, seguir currando como lo había hecho hasta antes de ser madre. Sabía que yo debía renunciar a mi vida laboral para poder ocuparme del cuidado de mi hija, pero si os soy sincera no me arrepiento para nada, porque necesitaba dedicarme a su cuidado durante más de 4 meses para poder aprender a ser madre.

¿Y si no renuncias?

Otras dudas existenciales que se me plantearon fueron por ejemplo ¿qué ocurriría si no renunciase?, si decidiese seguir en mi vida laboral, ¿quién cuidaría de mi hija por las noches mientras yo trabajo y mi marido tiene que dormir porque se despierta a las 5 de la mañana?, ¿qué pasaría con la lactancia materna?… Se que mucha gente lo hace, consigue seguir con su trabajo, abandonar o sacrificarse por continuar con la lactancia materna y “tirar” de los familiares y conocidos para que se ocupen del bebé mientras los padres no pueden, pero yo, tal vez por ser demasiado primeriza y tener a mi familia lejos, lo veo, o por lo menos antes lo veía como un imposible.

¿Y si no hay abuelos?

¡Benditos abuelos! Se que en muchas ocasiones son los que hacen que en nuestro país la conciliación familiar sea posible, pero cuando, como en nuestro caso, los tienes a cientos de kilómetros de distancia, la cosa se complica. Por suerte nosotros tenemos cerca a mis cuñadas que siempre que lo necesitamos están dispuestas a echar una mano, pero ¿qué pasa con aquellos padres que no tienen a nadie cerca? Supongo que en este caso tendrán que contratar a alguien para que cuide de sus hijos, pero también supongo que tendrán un buen sueldo para poder permitírselo. En mi caso no era así, porque con el sueldo que tenía me salía mejor quedarme en casa sin trabajar y cuidar de mi hija, que contratar a alguien para que lo hiciera por mi, os suena ¿verdad?.

¿Le apuntamos a la guarde?

Otra de las soluciones a la hora de volver a la vida laboral es apuntar a nuestros hijos a una guardería cuando tenemos que reincorporarnos al trabajo, siempre y cuando podamos cuadrar los horarios de las guarderías con los de nuestras jornadas laborales. Aquí veo serios inconvenientes, el mayor de todos es el elevado precio, por lo menos en el País Vasco y que normalmente su horario de apertura es hasta media tarde. Por lo tanto, ¿qué pasa si los dos padres trabajan siempre de tarde?, que en ese caso la opción de la guardería queda descartada.

¿Porqué ahora si y antes no?

Nuestra opción desde el principio fue la guardería. Si quería ponerme a buscar trabajo necesitaba apuntarla a la guarde. La verdad es que cuando renuncié a mi trabajo me parecía imposible dejar a la niña durante tantas horas con gente desconocida (y porque el horario no me solucionaba nada, porque yo trabajaba por las tardes/noches). Pero en mi nuevo trabajo (ahora estoy trabajando en una tienda) lo tengo mucho más fácil y también porque veo que la niña ya no es tan pequeña y ya no depende tanto de mi

¿Qué derechos tengo en mi trabajo?

Aunque con mi nuevo trabajo puedo compaginar mucho mejor la vida familiar y laboral, lo cierto es que aún se me plantean muchas dudas, como por ejemplo ¿qué ocurriría si mi hija se pone enferma y no tengo nadie con quien dejarle?. Por el momento no nos ha ocurrido, pero si mi marido y yo estuviéramos trabajando y nos llamaran no se cómo lo haríamos. Además siendo nueva en el trabajo ¿podría decirles que me voy sin que esto me influyera negativamente? Y sobre todo, algo que me ronda por la cabeza es si con tan solo tres meses que llevo trabajando puedo “pedir” que me pongan unos horarios que me permitan la conciliación cuando ellos mismos me han contratado para cubrir sus necesidades, no las mías.

Dudas y más dudas

Lo cierto es que a mí todavía me quedan muchas preguntas por resolver; ¿Soy una mala madre por dejar a mi hija al cuidado de otros mientras trabajo, o debería quedarme en casa cuidando de ella?. ¿Debería buscar un trabajo de «lo mío» (periodismo)? ¿y si lo encuentro y el horario no es muy bueno, que haría con mi hija?, ¿con quién podría dejarla mientras yo estoy trabajando?. ¿Que pasaría si todos los padres y madres pidiéramos un horario que nos permitiera la conciliación familiar?,¿estaríamos restando derechos a los demás trabajadores?, ¿si no tienen hijos tienen que tener peores horarios?. ¿Debería haber una legislación que permitiera en todo tipo de trabajos disponer de ciertas horas para el cuidado de nuestros hijos cuando estos lo necesiten?. ¿Son suficientes 3 semanas para los padres y 4 meses para que las madres se puedan ocupara de sus recién nacidos?, ¿qué pasaría si ampliáramos el plazo a un año?, ¿no sería una buena forma de reducir las listas del paro al hacer que los padres nos pudiéramos dedicar al cuidado de nuestros hijos, mientras que se aumentan así las contrataciones para cubrir nuestras bajas?… Dudas, dudas y más dudas a cerca de un tema que todavía tiene mucho camino que recorrer para que deje de ser un problema. Seguro que vosotr@s también os habéis planteado alguna de ellas y seguro que también tenéis algunas que a mí ni se me han pasado aún por la mente, por eso quiero que me contéis cuales son. Podríamos abrir un gran debate entre tod@s y seguro que podríamos dar respuesta a más de una.

La mayor de las dudas

Son muchas las dudas que quedan todavía en el aire, pero sobre todo yo me planteo esta;  ¿Podemos tener todos una jornada laboral hasta media tarde y no llevarnos las manos a la cabeza porque un centro comercial cierre a las 19:00? Si queremos que la conciliación sea posible, tenemos que empezar por cambiar muchas cosas; los horarios, nuestras rutinas, nuestra mentalidad… pero nunca es tarde para empezar con ello. Yo creo que si que es posible, pero hay que ir poco a poco y todos a una, por eso me encanta la iniciativa del Club de las Malas Madres #YOCONCILIO y su Asociación Yo No Renuncio ¿Nos unimos tod@s a ellas para conseguir el cambio y resolver todas nuestras dudas?

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6 comentarios en “Habalmos de CONCILIACIÓN

    • Hasta que no tienes un hijo ni te planteas esas cosas, por eso yo creo que es un tema del que no se tiene conciencia social. Si hubiera mas información y sobre todo educación para normalizarlo yo creo que sería todo más fácil y que nadie nos miraría como bichos raros cuando dijéramos que queremos estar en casa antes de las 9 de la noche para poder acostar a nuestros hijos. Un besote

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  1. Pingback: Adiós a la guardería |

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