Ya está. Ahora si que si, se acabaron las vacaciones de Semana Santa. Algun@s disfrutamos de los días previos, otr@s de los días festivos y l@s más suertud@s han arrastrado los días de vacaciones hasta ayer. El buen tiempo ha acompañado y en casa hemos querido también hacer de este fin de semana una pequeña prolongación de la Semana Santa y hemos aprovechado para hacer una de las actividades de las que os hablé en el post «Planes con niños en el País Vasco». Ayer pasamos la tarde en el Aquarium de San Sebastián y hoy os quiero contar cómo fue esa experiencia.
No era la primera vez que pisaba estas instalaciones pero volví a disfrutar como si lo fuera, aunque lo cierto es que en esta ocasión con una ilusión diferente. Visitar el Aquarium de San Sebastián en familia hace que lo vivas de otra manera, porque es más bonito ver como disfrutan los peques entre tantas especies marinas distintas.
Para empezar os daré un poquito de información a cerca de este espacio marino inaugurado el 1 de octubre de 1928. Está abierto todos los días de 10:00 a 20:00 y los fines de semana y festivos hasta las 21:00 y si coincide que acudís los martes, jueves o sábados a las 12:00, podréis ver como los buzos dan de comer a los tiburones. Además cuenta con un recorrido lleno de acuarios con maravillosos invertebrados y alberga una exposición que ayuda a explicar y contextualizar la historia marítima y marina de Gipuzkoa y de San Sebastián.
Pero no quiero daros mucha chapa con datos, osea que mejor os cuento como fue nuestra visita para poneros los dientes largos y daros un poco de envidia. Llegamos a las 6 de la tarde, mi marido mis dos sobris, mi enana y yo y desde que entramos hasta que salimos las niñas no borraron la sonrisa de su cara. Desde el comienzo alucinaron con «los peces del ascensor» (desde el ascensor de cristal de la entrada se pueden ver los peces que hay en un acuario).
Después de este primer contacto con el mundo marino un esqueleto gigante de ballena nos dio la bienvenida al Museo del Aquarium y la verdad que tengo que confesar que nuestras sobris estaban encantadas, pero a la peque le costó un poco acercarse.
Tras la visita al museo, pasamos por diferentes pasillos en los que a cada paso nos saludaban especies más bonitas.
Caminamos entre medusas, caballitos de mar, peces de diferentes colores hasta llegar, como no, al lugar más espectacular de todo el Aquarium donostiarra; el Oceanario.
Nada más entrar en este gran tanque atravesado por un túnel en el que los dos tiburones toro nadaban junto a otras 40 especies diferentes, me di cuenta de que esta visita había sido todo un acierto, sobre todo al ver como las niñas flipaban en este espacio. Mis sobrinas estaban encantadas y la enana no dejaba de mirar hacia todos los lados, aunque también se llevó algún que otro susto con algún pez enorme que se acercó demasiado.
Para el final de la visita han dejado a los peces exóticos que enamoran a grandes y pequeños con sus formas y colores. Además tuvimos la suerte de encontrarnos en nuestro camino con Dori y Nemo.
En resumen, si queréis pasar una buena jornada en familia, una visita al Aquarium de San Sebastián es un acierto seguro. Conocer el mundo marino y ver de cerca a tantas y diferentes especies del mar hará que l@s más peques de la casa se lo pasen en grande. Además las vistas desde algunos lugares del museo son preciosas y merece la pena sentarse un ratito a contemplar todo lo que se puede ver desde los grandes ventanales.
Por último quiero agradecer a todo el personal del Aquarium de San Sebastián y en especial a Xabier Lasaga del departamento de Marketing y Comunicación por hacer posible esta visita.
Y a tod@s vosotr@s invitaros a pasar por este espacio que podréis visitar miles de veces y todas saldréis encantad@s.
¡Hasta la próxima semana resacos@s!
Estos lugares son fantásticos para que nuestros pequeños entren en contacto con los fondos marinos y conozcan la importancia de cuidarlos juntos con los habitantes que allí se encuentran. Estas actividades conciencian mucho a nuestros pequeños y les ayuda a obtener valores de cuidado de la naturaleza a los animales que la integran.
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Incluso siendo muy pequeños disfrutan mucho de lugares como estos, porque descubren entornos y animales diferentes
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