Cuando hace exactamente dos años os hablaba en ESTE POST del maravilloso mundo de la lactancia materna y de lo dura que había sido la experiencia, poco me imaginaba que con mi segundo resacoso iba a ser tan diferente. Pero habiendo tenido un embarazo distinto, un parto tan rápido y un post-parto tan diferente al primero, la lactancia también tenía que serlo y efectivamente así ha sido. En esta ocasión también vengo a hablaros de dar el pecho a demanda, de calmar a vuestr@s hij@s con la teta cuando lloran y de amamantar a deshoras, pero desde otro punto totalmente diferente a como lo hice hace algunos años, porque una lactancia materna sin problemas también es posible.

Lactancia diferente

Aunque lo había pasado bastante mal la primera vez, sabía que la cosa no podía ser peor y tuve claro desde el principio que también alimentaría a mi hijo con leche materna todo lo que pudiera. Ya iba preparada para sufrir, pero para mi sorpresa Yago se enganchó muy bien desde el primer momento y quitando que al principio se me hinchaban mucho los pechos (porque el niño pasaba varias horas sin comer), no he tenido ningún problema con la lactancia. Ni rastro de grietas ni obstrucciones, y la crema para los pezones que tanto utilicé la primera vez, está prácticamente sin entera.

Con Aitana tuve el pack completo; grietas, inflamación, obstrucciones muy dolorosas y hongos, que me hicieron sufrir mucho en los primeros meses, pero que reconozco que después, cuando pasé todo eso,  me hicieron disfrutar mucho de la lactancia materna y recordarla como una experiencia dura pero bonita.

Demanda diferente

Como buena madre primeriza, la inexperiencia hizo que la primera vez que puse a la resacosa al pecho no sabía ni como cogerla, pero horas y horas de lactancia materna me convirtieron en una experta y por eso, cuando nació resacoso, sabía cual es la postura correcta, cómo hacer que me soltara el pecho y como evitar que se me obstruyera algún conducto. ¡Ayyyy bendita experiencia!

También reconozco que las tomas son totalmente diferentes. A mis dos hijos le he dado pecho a demanda, pero mientras que la resacosa demandaba a todas horas y tardaba muchísimo en hacer las tomas, el resacoso hace sus 7 u 8 tomas diarias, casi siempre a las mismas horas y como máximo está 10 minutillos enganchado. Recuerdo una de las primeras veces que salí a celebrar el cumpleaños de una amiga después de haber sido madre. Me pasé casi toda la tarde alejada del grupo dando el pecho a mi hija y cuando finalmente la niña terminó de comer ya habían soplado hasta las velas. Peeeroooo por suerte, ahora las tomas del resacoso son tan cortas que a veces me da pena incluso que me suelte.

Mi opinión

Y como esto de dar el pecho trae muchas opiniones enfrentadas, aquí os quiero dejar la mía: Si amamantas en público parece que te miran mal, pero si te tapas parece que te da vergüenza enseñar tus pechotes al mundo. Si dejas pronto de dar el pecho eres ¨mala madre¨, pero si a los dos años tu hij@ sigue enganchad@ a la teta te toca aguantar las miradas o los comentarios de sorpresa. En fin, que como nunca llueve a gusto de todos lo mejor es que cada una haga lo que quiera, como quiera, donde quiera y como quiera con su pecho y sus hijos y que las críticas os den un poco igual.

Para terminar el post de hoy quiero acordarme de aquellas madres que lo están pasando mal dando el pecho. Deciros que con empeño todo pasa, que a mi a cabezona no me gana nadie y que yo me propuse dar el pecho a mi hija si o si mínimo 6 meses y aunque al principio pensé muchas veces en tirar la toalla y enchufarle un biberón, al final aguantamos unos nueve meses de lactancia materna. Ni las largas noches en vela con la resacosa enganchada a la teta, ni las grietas, ni los dolores, ni las obstrucciones, ni los hongos, ni las crisis de lactancia de las que os hablé en ESTE POST pudieron con nosotras osea que con vosotras tampoco podrán.

¡Mucho ánimo resacosas!